RETORNO A ITACA

John Wayne vuelve a su hogar en "Centauros del Desierto" (1956. John Ford)
en la trasposicion cinematografica más emblematica de la figura de Ulises

"Todo atentado a la familia es una profanación de la justicia,
una traición al pueblo y a la libertad, un insulto a la revolución.”

P.J. Proudhon
Socialista Utópico francés,
padre del anarquismo



Hoy…todos somos Ulises”. Con estas palabras se cierra “La Odisea”, el ultimo espectáculo del Teatro de los Andes, escrito y dirigido por Cesar Brie.

Cuanta razón.

Hoy, todos somos Ulises, que vagando por el mundo, anhelamos volver a casa para por fin descansar.

Ulises. La Odisea.
En este famoso mito homérico, recogido hace más de 2700 años, su protagonista: Ulises (Odiseo), rey de Itaca, tras 10 años asediando las murallas de Troya intenta volver a Itaca, su hogar. Pero los dioses le abandonan y Ulises se pasa otra década recorriendo el ponto (el mar). Mientras, sus compañeros van muriendo o abandonándole y en su propio Hogar, roto por su ausencia, su mujer (Penélope) trenza y destrenza interminablemente un telar con el que secar sus lagrimas…y su hijo Telémaco, añorando al padre que apenas conoce, parte a escondidas desde Itaca en su búsqueda.


Padre e Hijo de pronto se buscan a si mismos por el Mediterráneo, sin encontrase…hermosa metáfora de las relaciones humanas. Pero Homero sigue: nos cuenta el viejo aedo, que tras muchas pruebas, los dos, Ulises y Telémaco, cada uno por su cuenta vuelven a Itaca y al reconocerse en una cueva, se abrazan sin consuelo. Todo parece terminar, pero la Itaca que Ulises recuerda no es la misma que encuentra al llegar (un pasaje que sabrá explotar Washington Irving en su Rip Van Winkle, 2500 años después), un centenar de pretendientes han mancillado su hogar y junto a su hijo y sus fieles mayordomos (que también le reconocen) deciden luchar juntos para recuperar su trono…y su honor.

Más tarde otras leyendas nos cuentan, como Ulises, tras recuperar el orden natural de las cosas, debe partir de nuevo sin apenas descanso, por orden de los dioses, a otras aventuras que, inevitablemente lo volverán a alejar de su Itaca amada.
Vuelta a empezar…

Pero…
… ¿y hoy?

¿Dónde está Itaca?

¿No somos acaso Ulises todos...? ¿No somos seres todos que anhelan llegar al hogar (hogare=fogare=fuego) para calentar sus manos?
¿No andamos todos errantes con Itaca en el corazón pero sin mapas de carreteras?

Los propios expertos en Sociología o Historia coinciden en que si algo ha cambiado en el siglo XX es el concepto de familia (Eric Hobswan desarrolla este tema concreto en el Capitulo X –La Revolución Social- de su “Historia del Siglo XX”).

El sistema económico actual ha transformado la clásica estructura familiar. Y no solo por las nuevas aportaciones de la mujer al mercado laboral (que no son tan nuevas), sino sobre todo por el papel que le damos hoy en día a cada persona por su potencialidad como productor/consumidor. Fuera de ese papel no eres apto para el sistema. Producir y consumir. Producir y consumir. El anciano al asilo…Ya no produce; el niño a ver la tele, para que aprenda a consumir. El pobre a matarse a trabajar (producir) para poder consumir como los ricos. El rico a consumir, a consumir, y a consumirse…
Y sino puedo consumir más, me suicido, y sino puedo consumir más robo, y sino puedo consumir más, engaño; mato, asesino, justifico…

El capitalismo puso en el centro, al dinero. La propiedad personal por delante de la colectiva; el capital por encima del trabajo; el egoísmo encima de la solidaridad; el yo por encima del nosotros….

La desvalorización del mundo humano crece en razón directa de la valorización del mundo de las cosas”

Karl Marx
Filósofo y economista alemán, padre del socialismo marxista

En una sociedad dividida, repleta de burbujas unipersonales, donde los lazos que nos unen se ven como cadenas, donde millones de inmigrantes se ven abocados a repetir la Odisea de Ulises por necesidad y no por designio divino, necesitamos crear familias, centros de calor que nos abriguen para poder soportar el mundo de hielo que todos contribuimos a sostener.

“La familia es la base de la sociedad y el lugar donde las personas
aprenden por vez primera los valores que les guían durante toda su vida”.
Juan Pablo II
Papa de la iglesia católica.


Solos no podemos.
Solos…
No podemos


No hemos nacido para estar solos.

El siglo XX es, recordando a los expertos, el siglo de la desestructuración familiar, de la soledad y el individualismo como moda y enfermedad social. Por eso el cine, como arte del siglo, es la herramienta que más y mejor ha advertido de las consecuencias que genera una sociedad de Ulises. Al respecto es interesante recordar algunas reflexiones del libro "La semilla inmortal" de Jordi Balló y Xavier Perez, desde donde analizar una pelicula como, por ejemplo, Taxi Driver:

En Taxi Driver, (1976.Martin Scorsese), un Ulises urbano (Travis), que también ha vuelto de Troya (Vietnam) vaga errante por el oscuro ponto (el mundo nocturno de Nueva York) con su nave (su taxi) buscando su propia Itaca. Una vez que encuentra a su Penélope (Iris, la prostituta interpretada por una joven Jodie Foster) decide acabar con los pretendientes (los proxenetas) para restablecer el “orden natural” de las cosas, en un final tan sangriento como el del mismísimo Ulises.

Robert de Niro (Travis) pasea errante por Nueva York

Taxi Driver nos remite directamente a Víctor Hugo: “El infierno todo está contenido en una sola palabra: soledad”

Ante esta certeza es notable el número de películas actuales que responden a la realidad con una respuesta clara: la salvación está en los otros. Si no creamos familia, sino respetamos, cuidamos y defendemos los vínculos “sagrados” de la familia estamos perdidos y condenados a una sociedad de maquinas y de zombis que se devoran el ombligo compulsivamente.

El Gran Torino (2008. Clint Eatwood) responde tajantemente al dilema: Yo-Nosotros. La solución está en los otros. En el mundo actual, donde el Robo NORTE-SUR y nuestra buena vida nos convierte en vecinos de personas nacidas a miles de kilómetros de distancia, la única respuesta es UNIRNOS, crear, si hace falta, una nueva Itaca. Un hogar tan peculiar como el que construye un viejo cascarrabias americano (Walt Kowalski, interpretado por el mismo Clint Eastwood) y una familia de inmigrantes coreanos. Un hogar, a falta del natural, por el que merece la pena vivir y morir…


A Walt Kowalski le invitan a una comida corena. El Gran Torino

No hemos nacido para estar solos.

Que se lo digan al protagonista de the Visitor (2007.Tom McCarthy ), Walter Vale (Richard Jenkins) un profesor que odia el mundo y que encuentra -como un naufrago- la salvación de su vida en una familia de inmigrantes sirio-sengaleses. Como cualquier miembro de una familia, Walter se acaba implicando en los problemas de su nuevo hogar, y acaba sufriendo los peligros que conlleva ser un Ulises sin papeles en el Occidente actual. En un momento de la película, Walter tiene que elegir: volver a su vida soporífera pero cómoda, o luchar por los que le han devuelto la VIDA...


Walter con su nueva familia. The Visitor

Su elección le premia (al igual que al Kowalski del El Gran Torino) con la conciencia, la redención y la esperanza.

“No es la carne y la sangre, sino el corazón, lo que nos hace padres e hijos

J.C.F. Schiller
Poeta y dramaturgo alemán

La fidelidad al hogar, a los amigos, a tus hermanos, a aquellos que te lo han dado todo, no es negociable. La vida, la solidaridad, el amor… no se traiciona. Por supuesto esta decisión no es facil, conlleva sacrificio, renuncia, entrega...pero es lo único que podemos hacer si queremos seguir llamandonos Personas; como nos recuerda la poetica “Bella” (2006. Alejandro Monteverde).

Eduardo Verasategui y el motor de la historia. Bella.

"Solo los peces muertos siguen la corriente” dice el refrán y actualmente la corriente es el egoísmo, el no tener hijos por miedo a perder libertad, el “ser especial”, el mejor, el más guapo, el que menos curra y más cobra…Corrientes que nos es muy fácil abanderar cuando se come 3 veces al día.

En Up (2009. Bob Peterson) se nos narra la historia de la amistad (casi forzosa) que surge entre un anciano al que todo el mundo quiere tirar al asilo (en El Gran Torino aparece también esta forma ya normalizada de premiar a nuestros “ancianos”) y un niño, al que sus padres le han tenido seguramente como se tiene un microondas. Dos generaciones separadas por 60 años que se encuentran en su abandono. Dos fragilidades que juntas son capaces de cualquier cosa.


Niño y Anciano unidos por un sueño. Up.

“La historia con nosotros no empieza
Ni con nosotros acaba
Pero avanza
Cuando dos o más se encuentran”


Moisés Mato,
Dramaturgo y Director teatral, creador del Teatro de la Escucha


En un mundo en el que estamos acostumbrados a ver la familia como un problema (el cine y la tele se ceban en los conflictos conyugales y generacionales) es necesario recordar el mito de Ulises para descubrir o redescubrir que a pesar de todo, la familia es lo que, definitivamente, nos puede salvar.

Soñemos con un mundo lleno de Itacas, Itacas de verdad, que sean trincheras de esperanza, hospital de heridas y escuelas de amor. Hogares abiertos al mundo, que asuman con otros las responsabilidades que tomamos con nuestros hermanos de sangre.

Soñemos con una inmensa Itaca construida por todos...


Desde ella…nadie podrá con nosotros...



Raúl San Julián Alonso

3 comentarios:

Alex dijo...

Hola Raul.

Leo lleno de esperanzas este nuevo articulo de este blog tan peculiar y necesario, que llena de sentido el septimo arte, tan instrumentalizado por el dios dinero.

Espero sigas impulsandolo apesar de las mareadas que te invitaran a abandonar.

Animo, nos vemos en la tormenta!

Un abrazo, Alex.

Unknown dijo...

Muy interesantes los análisis que haces de la realidad.

Me gusta la forma que tienes de escribir y comparto las lecturas que haces de algunos de los filmes que citas.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Enhorabuena por los escritos,mi entrada ha sido tardía,este mensaje es de prueba aún no se si llegará.Saludos y arriba la primera media hora de los dinamiteros.